Resulta que aunque tú no lo sabías, había una especie de Papá Noel de las bolsas de plástico. Este señor se dedicaba todas las noches a fabricar sin descanso bolsas y más bolsas de plástico, no sabemos si con ayuda o no, (pero eso es lo de menos) y a continuación las distribuía, todas las madrugadas por tooooodos los comercios del mundo. Claro, el resultado de esta distribución sin medida de bolsas de plástico, de manera gratuita, esto es importante destacarlo, hacía que los comerciantes las regalaran sin miramiento ninguno. Y los clientes de los establecimientos nos las llevábamos a manos llenas. Total eran gratis.
Pero claro, tanto regalar bolsas ha tenido sus consecuencias negativas, como no podía ser menos. Al ser gratis la gente las usaba una vez y luego las tiraba en cualquier sitio, lo que ha provocado que se hayan acumulado por millones en nuestros mares, con los consiguientes efectos perjudiciales por todos conocidos.
Resumiendo, que la historia de que las bolsas se cobren por separado me parece una tomadura de pelo más, como tantas otras, que el único resultado que va a dar es que paguemos más por los productos que compramos, pues como es lógico cualquier comerciante con unos mínimos conocimientos de economía ya sabía que el precio de las bolsas que nos “regalaba” debía repercutírnoslo en el precio de los demás productos que nos vendía, igual que los demás gastos de su negocio (luz, alquiler, materias primas, etc.).
Resumiendo más, que si los comercios descuentan el precio de las bolsas de sus productos, nos ahorraremos unos céntimos que después tendremos que pagar por las bolsas, y si no los descuentan peor, porque además del pagar lo mismo que antes por los productos tendremos que pagar las bolsas que necesitemos para llevárnoslos.
Por supuesto, esto no más que una simple opinión.