¿Por qué no lo hacemos más a menudo?
La respuesta más común a esta pregunta quizá sea la de “pereza”, pues enseguida nos vienen a la cabeza ideas como, “para qué voy a reclamar algo con todo el papeleo que conlleva, no me van a hacer ni caso, no sirve para nada, las grandes empresas siempre llevan las de ganar, o la estrella de las excusas, me va a costar más reclamar que lo que me han estafado, etc…”.
Éstos seguramente sean los argumentos más utilizados para no hacer valer nuestros derechos como usuarios y consumidores. Si tú también piensas así te aconsejo que cojas la calculadora y empieces a sumar. Verás como no es tan caro reclamar, cuando veas con tus propios ojos lo que pagas sólo al año, por cosas que no deberías.
Pero esta idea tiene que cambiar, pues no es cierto que las reclamaciones no sirvan para nada, pues; en primer lugar, la actitud de la mayoría de las empresas cambia radicalmente cuando reciben una reclamación formal de un cliente; en segundo lugar, la mayoría de las reclamaciones, si están bien fundamentada acaban siendo favorables para el consumidor, principalmente porque es a él al que le toca probar que no tenemos razón, y si la tenemos no habrá manera de probar que no la tenemos; y en tercer lugar, aunque no nos den la razón sirven, además de que para que las autoridades comprueben la cantidad de incumplimientos que hay por parte de las empresas, para que éstas sepan que los consumidores no se van a conformar con su actitud abusiva y les van a causar problemas si no ofrecen unos productos y/o servicios conforme a lo pactado. Es por esto que debemos reclamar siempre que nuestros derechos sean vulnerados.
En cuanto a lo del coste de reclamar, si tenemos en cuenta lo que cada español paga al año, seguro que sale más a cuenta reclamar, pues según algunas estimaciones, cada español paga al año, de media, ¡unos 3.000 euros!!! Que no debería pagar. Yo creo que sale a cuenta reclamar....
Próximamente explicaré dónde, cuándo y cómo hacerlo correctamente...