La regla general, cuando una persona pasa a ostentar una nacionalidad diferente a la que ha tenido hasta ese momento, es la de renunciar a la nacionalidad anterior. Eso, a no ser que entre los países de esas dos nacionalidades exista un convenio de doble nacionalidad.
En el caso de adquirir la nacionalidad española puedes mantener ambas nacionalidades si existe convenio, pero esto también tiene requisitos, es decir no opera de manera automática; es aconsejable tenerlos en cuenta para no llevarse sorpresas.
Ahora bien, si obtienes otra nacionalidad, y renuncias a la española, por no existir convenio, debes saber que renuncias a la española SÓLO frente al nuevo país, ya que la nacionalidad española puedes conservarla si así lo manifiestas en un determinado período de tiempo, con unas formalidades precisas.
Es decir: una cosa es la obligación jurídica adquirida frente al país del que se obtiene la nueva nacionalidad, y otra la obligación jurídica que mantienes, o que puedes mantener, con el país del que ostentabas la antigua nacionalidad.
Y es que el mundo de la nacionalidad tiene sus particularidades, que podemos exponer resumidamente así:
1.- Los países posibilitan la obtención de sus respectivas nacionalidades pero siempre con unas condiciones muy rígidas.
2.- En la mayoría de los casos los países exigen la renuncia a la nacionalidad que se ha venido ostentando.
3.- La nacionalidad debe contemplarse desde dos ángulos: la del nuevo país y la del anterior.
4.- Es necesario analizar los términos de la doble nacionalidad, por que no todo es lo que parece. No existen tantos convenios de doble nacionalidad entre países, y muchas veces, cuando éste existe, está sometido a condiciones.
5.- Cada caso tiene particularidades propias, por eso es aconsejable procurarse asesoramiento especializado, como hacemos en TTaus Abogados, que posibilite poder dar respuestas a través de las que conocer con precisión el alcance de nuestros derechos, lo que permite vivir con un mayor grado de tranquilidad.